Fraude y el control interno
Resumen
Todas las empresas están expuestas permanentemente al riesgo de fraude y la tarea de sus administradores consiste en prevenirlo. En todas las estructuras sociales inventadas por el hombre ha existido siempre el riesgo de que se cometieran fraudes. No importa si la estructura es un empresa de un par de personas o una organización, el potencial de “Fraude” está siempre presente.
El fraude puede ser cometido en forma intencional por sus funcionarios, incluso por propietarios, accionistas o gerentes, para presentar una imagen financiera que no corresponde a su realidad, esto con el objetivo de contratar préstamos, créditos a sus empresas, incluso para evadir impuestos. Como así también puede ser generado por personal de la empresa, con el fin de obtener algún beneficio extra.
El auditor convive en un ambiente de riesgos de actos fraudulentos, los cuales se maximizan con la diversificación de actividades, la globalización y las transacciones electrónicas. Un alto porcentaje de Pymes actualmente se caracterizan por la falta de formalidad y organización, carencia de manuales de procedimientos, de políticas que sean conocidas y aplicadas por todos los
miembros que la conforman. Es cuando el control interno debe intensificarse y quedar claro en la empresa, todos deben tener presente para una adecuada operación sin riesgos. Como se observa, el control interno en las Pymes es de vital importancia para la optimización de los recursos y el desempeño de la empresa, tanto en lo administrativo como en la operación; beneficiando así a
los dueños hasta el propio cliente, debido a que éste tendrá un grado de confianza sobre la empresa y prevalecerá en el tiempo generando utilidades y crecimiento.
El uso del control interno en una empresa es primordial, de éste depende que logre una mejora importante ante la sociedad.