Las doctrinas económicas : análisis basado en la historia y la política económicas, desde una perspectiva nacional
Resumen
De acuerdo con la experiencia recogida como docente, así como de la que es consecuencia de las publicaciones periodísticas (aunque no sea profesional del periodismo, en el sentido estricto de la palabra), lo referente a las doctrinas económicas es uno de esos temas sobre los que se habla mucho, pero en general con poca profundidad conceptual, y en muchos casos con notables distorsiones u omisiones.
Inclusive desde la cátedra, en muchos casos el tema suele ser tratado con la “asepsia” de una ciencia natural, no “contaminada” por las pasiones humanas y los intereses de las naciones y de los grandes grupos transnacionales, para los cuales el tema nunca es neutro, y mucho menos “inocente”.
Los análisis suelen complicarse, y habitualmente generan gran confusión entre lectores, escuchas u opinantes no advertidos de esta realidad; pues normalmente quienes opinan de estos temas desde la óptica de la ortodoxia liberal, recurren a una lustrosa pátina de una supuesta “objetiva cientificidad”, con lo cual sus análisis y conclusiones pretenden ser neutros, objetivos y poco menos que “la verdad revelada”.
Ubicándose a sí mismos en el centro de la escena, y avalados por los numerosos economistas, filósofos e intelectuales respaldados y bendecidos por el establishment, dentro de los cuales suman a pensadores de renombre y que en su momento asumieron posturas que para la época eran revolucionarias o al menos fuertemente transformadoras de la realidad (como J. J. Rousseau, Montesquieu, o Juan Bautista Alberdi antes de sus reflexiones de sus últimos años, cuyo “pecado” le valió morir en la absoluta miseria en Europa), y reforzados por el imperceptible pero denso aparataje cultural del que el sistema se nutre y al que a la vez sostiene y alimenta, los postulados liberales llegan a alcanzar el nivel de dogmas económicos. Y ese precisamente es uno de los ejes centrales de la discordia, pues en temas científicos no pueden existir dogmas, ya que estos, al escapar del campo de lo racional, solo deben tener cabida en las delicadas cuestiones religiosas.
Por ello, ubicándose desde el altar pagano en el cual los poderosos intereses políticos y económicos los han situado, los economistas liberales (y sus versiones “aggiornadas”, los neoliberales), califican de “herejes” a quienes destruyen sus paradigmas sin abjurar del capitalismo y la propiedad privada, y sin tocar los intereses esenciales de las potencias dominantes, tal como es el caso de Keynes. A la vez, “los excomulgados” pero no por ello “suprimidos de circulación” son los rebeldes que atacan las
bases filosóficas del capitalismo (como los marxistas, los anarquistas, etc.); los que de última son “tolerados” pues de hecho constituyen “la otra cara de la moneda”, pues sus postulados críticos los hacen partiendo de bases de análisis liberales. Pero el peor de los ataques es sufrido por quienes se han atrevido a cuestionar las propias bases seudo-científicas del pensamiento liberal, poniendo al desnudo que detrás de él se mueven los casi invisibles hilos del poder mundial, manteniendo a la gran mayoría de las naciones del mundo atadas a esquemas de sempiterna dependencia. Estos pensadores que centran su atención en los problemas económicos nacionales, y que desde allí elaboran sus análisis y postulados de política económica, son “los excluidos”, “los desaparecidos” o los “ NN ” del pensamiento económico, pues sus obras son sepultadas bajo toneladas de calculada indiferencia, de claro desprecio y de una visible conjura de exclusión, por parte de los dueños del poder económico y financiero mundial; con sus representantes, cómplices y obsecuentes en cada país excluido del selecto grupo de las naciones que
alcanzaron el desarrollo a nivel postindustrial. Dentro de este grupo debe incluirse a Federico List, de la Alemania aún balcanizada políticamente y carente de una sólida base tecnológica e industrial (antes de Bismarck), a nuestro Juan Bautista Alberdi en su meditada ancianidad, y a notables intelectuales y economistas cuyas obras difícilmente pasan a ser reeditadas, condenadas precisamente por atacar las bases de la estructura de la dependencia. Entre muchos otros, puede citarse a Marcelo Diamand, a
Marcelo Ramón Lascano, a Walter Beveraggi Allende, a Eduardo Conesa, a Roberto Roth, a Raúl Scalabrini Ortiz, a Arturo Jauretche y muchos otros “excluidos” de los círculos intelectuales permanentes, que forman el aparataje cultural del poder antinacional.
Y con ese esquema de poder perpetúan en la miseria a las grandes masas de la población mundial, eternamente excluidas del progreso y de las mínimas condiciones de vida digna y decorosa. Estos economistas y pensadores directamente son ignorados por los círculos académicos e intelectuales dominantes, por lo que sus obras no alcanzan gran difusión o, de lograrla, rápidamente son ocultadas y desaparecen de los catálogos de las grandes ediciones de libros y de revistas especializadas, pasando a ser simples rarezas de anticuario, que subsisten en algunas bibliotecas públicas o universitarias, o en colecciones particulares, pero que jamás “pueden ni deben” ser ni siquiera mencionadas por “los amigos del poder liberal internacional”.
Con el ánimo de contribuir al esclarecimiento de estos temas, brindando un enfoque lo más sencillo posible dentro de las necesarias pautas económicas, y de facilitar las consultas y los análisis de los aspectos principales de las distintas doctrinas económicas, este libro pretende brindar un enfoque claro, directo, comprometido claramente con el pensamiento y la causa nacional; por lo que tajantemente está desprovisto de los falsos oropeles de “neutralidad” con los que se disfrazan los mediocres, los cobardes que medran con sus sempiternas permanencias “en la cresta de la ola”, y los eternos aportantes a
la confusión conceptual generalizada, en cuyo complejo marco logran mantener sus fetiches intelectualoides, con los que apuntalan la permanencia de la dependencia y la sumisión argentina, hoy ya bajo el perceptible riesgo de la disolución nacional.
Por supuesto que este libro pretende ser un aporte, desde una óptica definidamente nacional, para los estudiantes de Historia Económica, de Historia de las Doctrinas Económicas, Economía Argentina, Geografía Económica, Historia Económica Mundial y materias afines.
Queda en claro entonces que los modestos objetivos de esta obra son precisamente dar una visión nacional acerca de las doctrinas económicas y sus marcos históricos generales (incluyendo en esto último los aspectos políticos, sociales y económicos); pero no se pretende lograr ni la extensión ni la profundidad de un Tratado en la materia. Más bien este libro es un ensayo realizado con todo rigor documental y técnico posible en el corto plazo de su ejecución, con la intención de ampliarlo y profundizarlo en posibles futuras ediciones.
Como aclaración a una metodología utilizada en parte de esta obra, cabe expresar que se consideró muy conveniente transcribir numerosas frases textuales de la obra de Friedrich List; adoptándose esa decisión tanto para no perder la enorme fuerza y claridad de esas expresiones, como por el hecho que al ser una obra agotada, y que muy difícilmente se reedite dado el “mecanismo de exclusión ideológica” que el establishment aplica a los críticos y opositores brillantes que desnudan las falencias y
gruesas equivocaciones conceptuales y de análisis de la doctrina liberal. En mucha menor proporción, se citan algunas frases textuales de otros autores.
Es importante definir los objetivos del presente libro, de forma tal de precisar sus alcances y limitaciones, al menos desde el modesto punto de vista de quien lo escribió. En lo referente a las distintas doctrinas e ideas económicas, se pretende dar una visión lo más abarcativa posible, intentando analizar todas las doctrinas económicas, con la profundidad que puede requerir un estudiante universitario de la especialidad, que desea tener una idea general. Para mayor profundización, se debe acudir a la
bibliografía indicada o a otras fuentes bibliográficas o documentales.
En cambio, los aspectos históricos generales, como por ejemplo los conflictos de los últimos siglos y sus implicancias políticas y económicas, son analizados en forma muy sintética, pretendiéndose simplemente dar una idea muy general, que permita al lector ubicar mejor los marcos históricos en los que se desarrollaron las ideas y escuelas económicas. Pero de ningún modo, tanto por la extraordinaria complejidad del tema como por su carácter enciclopédico, este libro puede ni pretende ser totalmente
abarcativo ni tampoco realizar -respecto a estos temas específicos-, una profunda investigación o explicación histórica.
Sin embargo, el lector podrá advertir que algunos temas fueron tratados en forma reiterada, al juzgarse necesario brindar esas ideas en contextos de redacción diferentes o, en algunos casos, por estimarse conveniente profundizar algunos conceptos por la relevancia que alcanzaron, tanto desde la óptica mundial, como -y principalmente- por sus implicancias para La República Argentina y para las hermanas naciones de Iberoamérica.
El breve listado de guerras, revoluciones, golpes de Estado y similares, de los siglos XVIII , XIX, XX y XXI , permite sacar varias importantes conclusiones; a la vez que brinda el marco o visión general a escala planetaria, que permite la ubicación temporal-espacial de la América Colonial, del Virreinato del Río de La Plata, de La Argentina y de las naciones hermanas con las que tenemos una historia, una lengua, una religión y -esperemos así sea- un gran futuro en común.
El concepto de religión en común, es expresado en el marco de un amplio ecumenismo y de una respetuosa tolerancia de otros credos, pero con el convencimiento que las bases históricas suministran las irrefutables pruebas que el Catolicismo, además de ser la religión abrumadoramente mayoritaria desde Tierra del Fuego hasta México, ha jugado y continúa desempeñando una irreemplazable función de amalgama cultural de nuestros pueblos Iberoamericanos, más allá de su específica acción pastoral, social y educativa.
Advertirá el lector que se dan algunas pautas que vinculan los análisis geopolíticos con los aspectos históricos, políticos, sociales y económicos; pues sus vinculaciones son innegables y sumamente importantes. Dichos análisis geopolíticos están insertos implícitamente en varias partes del libro, y en forma prácticamente explícita en los análisis de los distintos conflictos bélicos.
Ello se entiende claramente si se advierte la estrecha vinculación de la economía con la política, y se comprende que la guerra es la manifestación más explícita y violenta de la política. Como la política es el arte de gobernar, la política internacional es un permanente juego de presiones y poderes, y la economía es -además de una ciencia autónoma-, un instrumento de la política, queda en claro que la geopolítica -por ser una perspectiva geoestratégica de la política- debe estar incluida en los análisis.
Por lo demás, no se descarta que tanto los temas analizados como el enfoque conferido, tengan aristas claramente conflictivas. Pero de la comparación de las distintas posiciones de este y otros libros, podrá sacar el lector sus propias conclusiones.